jueves, 3 de agosto de 2017

"Mi convicción fue más fuerte que todo lo demás"

Inauguramos sección en el blog de experiencias sobre lactancia. Hoy una mami nos cuenta cómo vivió el inicio de su lactancia y como superó los problemas que surgieron.
Hospital Universitario de Canarias, Tenerife.
Grupo de Apoyo a la Lactancia Materna El Chorrillo.



No voy a extenderme en contar lo tan deseado que ha sido nuestro hijo, todo lo sufrido hasta que por fin y gracias a una FIV llegó nuestro momento. 39 semanas de embarazo. Un embarazo maravilloso, lleno de energía, sin complicaciones, sintiéndome guapa como nunca. Tenía claro cómo quería traer a mi hijo al mundo, un parto respetado, sin epidural, el agua, un plan de parto cuidadosamente redactado.......pero mi bebé no se ha dado la vuelta y ya no hay tiempo, nos programan una cesárea. Ni gateo, ni música, ni hacer el pino en la playa, ni la moxibustión, no funcionó nada, tal vez tenía que ser así. Consigo templar los nervios en quirófano para recibir a mi hijo con la mejor de las sonrisas, a las 13:41 horas nace mi estrella. Hacemos piel con piel hasta que terminan la sutura. Le llevan con su padre para hacer piel con piel mientras a mi me dejan en recuperación, allí donde mismo se recupera el que se operó de una pierna o del corazón. Yo no tenía que estar allí, acababa de ser madre,no estaba enferma. Se hizo eterna la espera, sólo pensaba en llegar y poner a mi hijo al pecho. Demasiado tiempo, me llevan a la habitación después de más de 3 horas, mi niño al escuchar mi voz empieza a llorar sin consuelo. Durante horas intento ponerle al pecho pero no lo consigo, desesperada, con dolor, sin poder moverme, frustrada......la cara de desesperación de mi madre y mi pareja, preocupados. Pido un biberón que mi bebé termina rápidamente para después dormir sobre mi pecho. Pido ayuda al personal sanitario, durante esos horribles e interminables 4 días de ingreso recibo poca ayuda y mucha información contradictoria. Salimos del hospital dando biberones y de regalo unas pezoneras. El mismo día del alta me da una ingurgitación mamaria terrible, muchísimo dolor. Pero seguía en mi empeño, no podía ser tan difícil, era algo instintivo, natural o eso creía. Mis días y noches las pasaba preparando biberones y luchando con unas pezoneras que, muy a mi pesar, mi bebé aceptaba puesto que se parecían a la tetina del biberón. Después de cada toma me sacaba leche para dársela en biberón y que tomara lo menos posible de leche artificial. Y así día tras día durante 13 largos días, agotadores, sumida en un huracán de emociones diversas, de luchas internas, de luchas con los demás, de recomponerme y romperme mil veces sin saber exactamente por qué, esa montaña rusa que es el puerperio y que no conoces hasta que lo vives (es que nadie te lo cuenta, la cara B de la maternidad). Tras 13 días de lactancia mixta decidimos mi pareja y yo, tras la 1 revisón pediátrica, quitar los biberones y "luchar por la teta".Yo leía y leía mucho sobre las tomas, que si tengo o no leche, que si se queda con hambre, que si.........un sinfín de preguntas cuya respuesta concluí que era sencilla después de leer la Guía de Lactancia Materna Un Regalo para Toda la Vida de Carlos González. Más que recomendable este libro, cayó en mis manos y salvó mi lactancia despejando tantas dudas y dándome la confianza que necesitaba, porque al final todo se reduce a eso, confiar en que sí puedes. Y así sin más sucedió, todo fue rodado, no siempre es así lo sé, pero fuimos los tres a una y lo conseguimos. Por esos días me puse en contacto con un grupo de apoyo a la lactancia materna. Escuchar la experiencia de otras madres me abrió totalmente los ojos, me hizo sentir fuerte, comprendí que todo lo que me sucedía era completamente normal, que tenía que dejar de contar pañales usados, dejar de mirar los mililitros de leche que sacaba, que mi niño no lloraba siempre de hambre.......la lactancia no es eso, teníamos que fluir mi niño, mi teta y yo. Y así lo hicimos, quitamos las pezoneras en cuestión de una semana y por fin disfruté de esa sensación tan maravillosa, tan mágica y liberadora. Porque cuando disfrutas de la lactancia es relajante, íntima, cercana, tierna y también divertida cuando esa carita esboza una sonrisa mientras mama, cuando se ríe mientras se tira a tu pecho, cuando te acaricia mientras come y se deja dormir. A partir de ahí cada vez lo tenía todo más controlado por aquello de "el camino se hace andando", y ya no había obstáculos, ni dudas, ni comentarios ajenos, ni nada en el mundo que me hiciera dudar de mi teta, porque siempre la culpan a ella cuando algo falla. Atrás quedaron los biberones que se me clavaban en el alma cada vez que preparaba uno, no era eso lo que yo quería. Atrás también quedan los malabarismos con las pezoneras(que pueden convertirse en tu peor pesadilla al comienzo de la lactancia). Creo que es fundamental informarse antes de dar a luz, conocer cómo funciona la lactancia para evitar que fracasemos antes si quiera de empezar. Y me quedo con estos 9 meses de lactancia materna que me han ayudado a cerrar de alguna forma esa herida emocional del parto frustrado, pero sobre todo me quedo con que "mi convicción fue más fuerte que todo lo demás". "Es un regalo, aunque sea difícil saber quien da y quien recibe", C. González.



Gracias a esta mami por contarnos su experiencia, por demostrarnos que buscando apoyo y confiando en nuestra capacidad, podemos disfrutar de la lactancia, hacerla nuestra, vivirla con los cinco sentidos y dejar a un lado los obstáculos.
Nos deja a su vez un listado con los horarios y lugares donde se reúnen los grupos de apoyo a la lactancia en Tenerife, por si pudiera servirle de ayuda a alguien. Muchas gracias de nuevo por ese gesto.



Si queréis saber más sobre el libro de Carlos Gonzalez, un regalo para toda la vida, podéis ver un pequeño vídeo aquí.
Si os apetece contar vuestra experiencia para que sirva de apoyo a otras mamás, escribirme aquí o a la página de facebook, estaremos deseando leeros.

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